martes, 4 de mayo de 2010

EXPOSICIÓN MÉDICA - COMO EVITAR DOSIS INNECESARIAS

La protección radiológica en la medicina ha sido materia de interés desde el comienzo del siglo
XX. El grado de seguridad ahora es alto, y un examen radiológico -recomendado sobre la base
del informe clínico de un médico calificado- generalmente brinda al paciente un beneficio que
tiene un valor mayor que el riesgo inevitable de la irradiación. No obstante, no deberán existir
excusas para llevar a cabo exámenes con dosis innecesariamente altas. El principio de que todas
las dosis se mantengan “tan bajas como, sea razonablemente posible, teniendo en cuenta
los factores económicos y sociales” deberá ser aplicado siempre. Deberá tenerse especial cuidado,
en la aplicación de este principio, a fin de que no exista pérdida de la información clínica necesaria
Una atención cuidadosa en la realización de los exámenes radiológicos resultará, en muchos
casos, en una reducción considerable de la dosis debida a radiación x, sin perjuicio de su valor
para el diagnóstico. Es particularmente importante:
􀂃 Reducir las dosis absorbidas recibidas por los tejidos en la región del cuerpo examinado al
mínimo compatible con la obtención de la información necesaria para el paciente.
􀂃 Limitar, en la medida de lo posible, la irradiación a otras partes del cuerpo.
􀂃 Evitar la repetición de irradiaciones innecesarias.
La cantidad de radiación incidente en un paciente que se necesita para generar una imagen útil
para el diagnóstico depende de muchos factores técnicos y físicos. Los factores conducentes a la
reducción de las dosis incluyen la eliminación de la radiación que no contribuye a la formación de
la imagen útil para el diagnóstico y la elección correcta de un receptor de imagen que responda a
los requerimientos de diagnóstico para cada caso específico. No obstante, existe un límite debajo
del cual la radiación incidente sobre el receptor de imagen no contiene información suficiente
para tener valor diagnóstico.

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